viernes, 7 de octubre de 2011

Orientaciones sobre la Comunión de los fieles celíacos

A veces es dificil imaginar la gran cantidad y diversidad de situaciones sociales en las que la persona celiaca tiene que lidiar con su enfermedad. Para un buen control de la alimentación, lógicamente, es necesario contemplar todas las situaciones en las que se produce una ingesta de alimento, a pesar de que alguna de ellas en particular no tengan como objetivo alimentar el cuerpo sino "el espíritu". 
Es el caso de las personas celiacas creyentes que desean recibir la Comunión, es decir, el Pan eucarístico. ¿Qué hacer ante esta situación?

Desde la página web de personas celiacas de Sevilla http://www.celiacossevilla.org se ofrecen diversas orientaciones para abordar de manera efectiva la problemática que se plantea. 


1.- En estos últimos años ha aumentado considerablemente el número de fieles afectados por la enfermedad celíaca, patología consistente en una intolerancia permanente al gluten, sustancia que se encuentra en el trigo y en otros cereales. El celíaco tiene que abstenerse permanentemente de comer alimentos que contengan, aún en poca cantidad, gluten. De hecho, por el momento no existen fármacos curativos. La única terapia válida es una dieta estricta. En este estado, el celíaco no puede acercarse a recibir la Comunión Eucarística, ya que las hostias utilizadas comúnmente en la celebración de la Eucaristía están fabricadas con harina de trigo y, por tanto, contienen gluten.

2.- La Iglesia ha estudiado durante estos últimos años cómo resolver las dificultades de estas personas para la Comunión Eucarística, fruto de lo cual han emanado varios documentos: CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Carta a los presidentes de las Conferencias Episcopales sobre la materia eucarística, de 19 de junio de 1951; COMISIÓN EPISCOPAL DE LITÚRGIA, Nota sobre la comunión de los celíacos, de 20 de febrero de 2003. La doctrina constante de la Iglesia a este respecto se resume en los siguientes puntos:
a) Condiciones para la validez de la materia:
- Las hostias especiales, que carecen absolutamente de gluten (“quibus glutinum ablatum est”) son materia inválida para la Eucaristía.
- Sin
embargo, son materia válida para la Eucaristía las hostias donde la cantidad de gluten presente es suficiente para obtener la panificación, sin añadidos de materias extrañas o cuando el procedimiento usado en su confección no desnaturalice la sustancia del pan.
b) Modo de acercarse a la Comunión:Dada la existencia de un caso de necesidad, se ha de facilitar al celiaco la Comunión bajo la sola especie del vino (c. 925 CIC). Para ello, se requiere que se ponga a su disposición un segundo cáliz en el cual la única materia consagrada sea el vino y por ende sobre el cual no se haya llevado a cabo ni la partición ni la intinción del Pan eucarístico.

3.- Esta solución satisfacía, en principio, las exigencias planteadas por los celíacos. No obstante, la misma plantea graves dificultades para los abstemios y, sobre todo, para los niños.

4.- En este contexto, diferentes asociaciones de celíacos se han interesado en la búsqueda de una solución definitiva a su problema. Así, han conseguido que se elaboren hostias confeccionadas con almidón de trigo. Estas hostias contienen una cantidad mínima de gluten, atestiguada por informes de laboratorio, lo que permite la panificación, con lo que la materia empleada es válida para la Consagración Eucarística, sin que perjudique la salud de los celíacos. El resultado de esta investigación fue reconocido por la Congregación para la Doctrina de la Fe, la cual, mediante carta de su secretario S.E. Mons. Tarcisio Bertone, al presidente de la Asociación Italiana de Celíacos, con fecha 17 de agosto de 2001 (Prot. 89/78-1354), comunicó que este tipo de hostias respetaban “las decisiones tomadas en su momento por el Dicasterio acerca del uso del pan con poca cantidad de gluten” y, por tanto, juzgó “favorablemente” la iniciativa tomada por los celíacos y los consiguientes resultados fueron considerados “conforme a las disposiciones en orden a la materia válida para la Consagración y a los necesarios parámetros que salvaguarden la salud del fiel celíaco”.

5.- A la vista de todo ello, se ha estimado conveniente dar las siguientes orientaciones, de manera de que se facilite el acceso de los fieles celíacos a la Comunión eucarística, garantizando la validez de la materia utilizada:
a) Los sacerdotes se informarán sobre la enfermedad celíaca y sus consecuencias. Se les anima a conocer a sus propios fieles celíacos y a que les ayuden para que sean aliviadas las dificultades y las incomodidades que encuentran para su vida cotidiana y para la participación en la Eucaristía.

b) Bastará que la persona que padece la enfermedad, o en su caso los padres o familiares del niño que la tiene, informen del deseo de comulgar al párroco o al ministro de la Eucaristía que se trate. Éste les acogerá con la mayor delicadeza y, sin reclamar mayores explicaciones, facilitará al fiel celíaco la Comunión en la forma que crea más oportuno de entre las permitidas por la Iglesia: bajo la sola especie de vino o mediante las hostias especiales antes indicadas.


c) Cuando se trate de la Primera Comunión de los niños o en las Misas celebradas con éstos, se procurará que el niño celiaco se sienta respetado y apreciado por los demás niños, de manera que todos vean como algo natural la solución adoptada.

d) Si bien se entiende preferible la forma de la sola especie del vino, en cuanto son menores las posibilidades de contaminación por gluten, en el caso de que se opte por las obleas sin gluten, la parroquia se proveerá de las hostias confeccionadas con almidón de trigo, que contengan la cantidad de gluten anteriormente indicada, y que por ello sean idóneas para la Comunión de los celíacos. Tales hostias deben conservarse en un recipiente aparte y evitarse cualquier forma de contacto con las formas normales.

e) En la celebración eucarística se tomarán las siguientes precauciones:
* En la preparación:
- Si se opta por la Comunión bajo la sola especie del vino debe prepararse un segundo cáliz en el cual la única materia consagrada sea el vino así como un segundo purificador.
- Si se opta por la Comunión con obleas sin gluten se recomienda vivamente a quienes disponen lo necesario para la celebración que preparen las hostias especiales para celíacos antes de tocar las hostias normales. Las hostias para celíacos se colocarán en una píxide fácilmente reconocible para evitar todo contacto con las hostias comunes.
* Para la distribución de la comunión:
- Cuando los fieles celíacos accedan a la Comunión bajo la sola especie del vino, el sacerdote celebrante consagrará el vino en un cáliz distinto, sobre el cual no se partirá el pan eucarístico ni se introducirá fragmento alguno de hostia común. Asimismo, se debe disponer de un purificador cuyo uso sea exclusivo del celíaco.

- Cuando los fieles celíacos accedan a la Comunión con hostias sin gluten, el ministro, antes de dar la comunión a los celíacos, deberá lavarse las manos, al haber ya tocado las otras hostias. Cabe también que distribuya esta Comunión otro ministro (sacerdote, diácono o ministro extraordinario) que no haya tocado previamente las otras formas.

- Cuando fuera necesario, se conservará en el sagrario una píxide, cerrada y fácilmente distinguible, que contenga las hostias especiales y que se destinará para la comunión fuera de la Misa de los fieles celíacos enfermos o ancianos, si los hubiere.


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